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Evelyn Vanessa Larios

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La Psicología Jurídica y Forense en Guatemala ha evolucionado desde una práctica emergente en el ámbito penal hacia una disciplina reconocida en múltiples áreas del sistema judicial, con creciente formación académica e institucionalización. En cuanto a sus orígenes y primeros desarrollos tendríamos que destacar que en las décadas de 1980–1990 los psicólogos comienzan a colaborar con el sistema judicial, especialmente en evaluaciones de imputabilidad, credibilidad de testigos y peritajes en casos penales. Posteriormente, se amplía la intervención hacia áreas de familia, género, infancia y adolescencia, en respuesta al aumento de casos de violencia intrafamiliar, abuso sexual y conflictos de custodia

La formación académica e institucionalización se inicia en Universidades como la Mariano Gálvez y la Universidad de San Carlos que incluyen asignaturas y diplomados en Psicología Jurídica y Forense. También, y derivado del avance académico y por la práctica cotidiana, se desarrollan protocolos de evaluación psicológica forense, técnicas de entrevista, y criterios éticos para la elaboración de informes periciales. En los últimos años la figura del perito psicólogo se consolida en el sistema judicial guatemalteco, con participación en juzgados, fiscalías y defensorías.

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Actualmente, se promueve una visión interdisciplinaria y se desarrollan manuales y guías técnicas para la práctica profesional, con énfasis en derechos humanos y enfoque de género. La psicología jurídica guatemalteca participa en congresos regionales e internacionales, fortaleciendo redes académicas y profesionales. Esta evolución refleja una transición desde una función técnica hacia un rol ético, crítico e interdisciplinario en la administración de justicia.