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Alma Segovia

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La disciplina de la psicología en Paraguay empezó a tomar cuerpo académicamente hacia la segunda mitad del siglo XX, y su vinculación con el ámbito jurídico-forense se fue gestando de forma más clara con el paso del tiempo. Por ejemplo, en los recientes planes de estudio de la carrera de Psicología en instituciones como la Universidad Nacional del Este ya aparece una asignatura denominada “Psicología Forense”, lo que indica que la formalización académica de esta área es reciente. Asimismo, el sistema de justicia paraguayo ha ido incorporando protocolos de intervención psicológica para menores, víctimas y agresores, reflejando el reconocimiento institucional de la necesidad de integración de la psicología en contextos judiciales.

En las últimas décadas se han desarrollado programas especializados en Psicología Jurídica y Forense en Paraguay. Por ejemplo:

La Universidad Centro Médico Bautista ofrece una Maestría en Psicología Jurídica y Forense, lo cual señala un nivel avanzado de profesionalización.
La Universidad Autónoma del Paraguay (UAP) cuenta con una especialidad en Psicología Jurídica y Forense de 18 meses.

Estos hitos muestran que la especialidad ya existe formalmente y se está desarrollando con currículos definidos, incorporación de investigación, y acceso de profesionales a formación de postgrado.

En el plano institucional, el Ministerio Público de Paraguay, a través de su Dirección de Medicina Legal y Ciencias Forenses, ha creado departamentos que incluyen psicología y psiquiatría forense, y trabaja en atención de víctimas, imputados, exámenes psicológicos periciales, etc. También, el Poder Judicial de Paraguay dispone de un “Protocolo de Intervención en Psicología Forense” para los juzgados de niñez y adolescencia.

La aplicación de la psicología jurídica y forense en Paraguay se ha visto, por ejemplo, en procesos de violencia familiar. Un estudio reciente advierte que la “pericia psicológica en el contexto de violencia familiar” todavía presenta desafíos normativos y logísticos, lo cual evidencia que, aunque la disciplina esté operando, todavía hay camino por recorrer. Además, los programas universitarios y convenios institucionales permiten que estudiantes y profesionales contribuyan con asistencia psicológica a personas privadas de libertad, lo que amplía el alcance de la disciplina al sistema penitenciario.

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Entre los principales retos de la Psicología Jurídica y Forense en Paraguay se encuentran:

La necesidad de una normativa clara y específica que regule el rol del psicólogo forense, la acreditación, el protocolo de actuación y las condiciones de trabajo. Esto es señalado en la literatura reciente.
La infraestructura y los recursos humanos especializados aún no siempre están disponibles de forma uniforme en todo el país.
El fortalecimiento de la formación, investigación y práctica pericial: asegurar que los psicólogos forenses tengan tanto el respaldo académico como el reconocimiento institucional para actuar como peritos expertos, elaborar informes, participar en audiencias, etc.
La consolidación del papel del psicólogo jurídico-forense dentro del sistema de justicia (civil, familiar, penal) como colaborador técnico, más que como un añadido ad hoc.

Actualmente, la Psicología Jurídica y Forense en Paraguay es una disciplina que ha pasado de estar poco formalizada a contar hoy con especializaciones académicas, protocolos y unidades institucionales dedicadas. No obstante, aún se encuentra en una fase de consolidación: se están estableciendo marcos normativos, ampliando la cobertura de los servicios, articulando mejor la academia con la práctica pericial y fortaleciendo el reconocimiento profesional del psicólogo forense.